martes, 31 de julio de 2007

En camino...

"Seguramente hay un rumbo
posiblemente
y de muchas maneras personal y único.
Posiblemente haya un rumbo
seguramente
y de muchas maneras
el mismo para todos.
Hay un rumbo seguro
y de alguna manera posible."


De manera que habrá que encontrar ese rumbo y empezar a recorrerlo. Y posiblemente habrá que arrancar solo y sorprenderse al encontrar, más adelante en el camino, a todos los que seguramente van en la misma dirección. Este rumbo último, solitario, personal y definitivo, sería bueno no olvidarlo, es nuestro punto de conexión que nos une irremediablemente al mundo de lo que es. Llamemos destino final como cada uno quiera: felicidad, autorrealización, elevación, iluminación, darse cuenta, paz, éxito, cima, o simplemente final...lo mismo da. Todos sabemos que arribar con bien allí, es nuestro desafío. Habrá quienes se pierdan en el trayecto y se condenen a llegar un poco tarde, y habrá también quienes encuentren un atajo y se transformen en expertos guías para los demás. Algunos de estos guías me han enseñado que hay muchas formas de llegar, infinitos accesos, miles de maneras, decenas de rutas que nos llevan por el rumbo correcto. Caminos que transitaremos uno por uno. Sin embargo, hay algunos caminos que forman parte de todas las rutas trazadas. Caminos que no se pueden esquivar. Caminos que habrá que recorrer si uno pretende seguir. Caminos donde aprenderemos lo que es imprescindible saber para acceder al último tramo. Para mí, estos caminos inevitables son cuatro:
1. El camino de la aceptación definitiva de la responsabilidad sobre la propia vida, que yo llamo: CAMINO DE LA AUTODEPENDENCIA.
2. El camino del descubrimiento del otro, del amor y del sexo, que llamo: CAMINO DEL ENCUENTRO.
3. El camino de las pérdidas y de los duelos, que llamo: CAMINO DE LAS LÁGRIMAS.
4. El camino de la completud y de la búsqueda del sentido, que llamo: EL CAMINO DE LA FELICIDAD.
A lo largo de mi propio viaje he vivido consultando los apuntes que otro dejaron de sus viajes y he usado parte de mi tiempo en trazar mis propios mapas del recorrido. Mis mapas de estos cuatro caminos se constituyeron en estos años en hojas de ruta que me ayudaron a retomar el rumbo cada vez que me perdía. Quizás puedan servir a algunos que, como yo, suelen perder el rumbo, y quizás, también, a aquellos que sean capaces de encontrar atajos. De todas maneras, el mapa nunca es el territorio y habrá que ir corrigiendo el recorrido cada vez que nuestra propia experiencia encuentre un error del cartógrafo.
Solo así llegaremos a la cima...
Ojalá nos encontremos allí...
Querrá decir que ustedes han llegado...
Querrá decir que lo conseguí yo también..."