miércoles, 15 de octubre de 2008

Y esto...en voz alta...

"Cuando no tenia claro a que puerto dirigirme, cualquier viento que soplara nunca era a mi favor... Cuando el mar se muestra en calma, todos somos capitanes, pero cuando se agiganta, nadie se agarra al timón...
Mi fianza de tristeza la pague hace tanto tiempo, que ya no me quedan ganas de luchar por la razón... Brindo por la lucidez que me regalan los años y por tanto desengaño... En el sitio más profundo del peor de los caminos, entre ninguna parte y el olvido, yo fui ese animal herido, que se cosió descosido y se remendó la piel... Mis reservas de confianza las guardo en alguna parte, lástima que no recuerde donde las pude dejar... Tres anillos llevo anclados, alrededor de mi cuello, ¡Que me cuelguen si es por ellos, que por nadie lloro más! Convertí lo que más quise en un triste moridero y se estamparon los huesos de este pobre pecador... Que falto de fe y ateo, más merece ir al Infierno, que tener piso en el cielo... La experiencia da tristeza, comprender apena el alma y por más que me escabulla no me escapo de esta piel, que me conserva la sangre justo a su temperatura pero no sirve de nada ante tanta estupidez..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hablando de barcos..el otro dia lei esto:Imaginemos dos barcos, uno en alta mar, otro en dique seco. ¿Cuál es más estable? Todos coincidiríamos en decir que el que está en dique seco, ya que el que está en alta mar está expuesto y condicionado a la inestabilidad que produce el oleaje.
Pero detengámonos un momento, de los dos barcos solo uno cumple su cometido, solo uno realiza la función para la que fue concebido…, solo uno navega.

Si aplicamos esta metáfora a las personas, es evidente que hay personas que “navegan”, que se exponen al entorno (sea sereno o tormentoso), y otras personas que “no salen a alta mar”.
Tan respetable es un estilo de vida como el otro, algunos deciden enfrentarse a la parte emocional de la vida, otros se asientan en la seguridad de la parte racional.
Ser racional es infinitamente más cómodo que ser emocional, evitas enfrentarte a ti mismo, a tus emociones; pero…, sin desarrollar nuestro lado emocional… ¿cumplimos el cometido para el estamos vivos?
Para una persona, estar vivo es lo mismo que el navegar para un barco, ¿cómo de vivo se siente el que no siente? (no creo que mucho)

Pero respondamos a la pregunta de los barcos…, solo hay una forma de averiguar cual de los dos es más estable, poner los dos en alta mar. Solo exponiendo a ambos al oleaje, solo viendo como salvan las dificultades, podemos determinar cual es más estable.

Conclusión: no es más estable el que no siente ni padece, es más estable el que, sintiéndolo todo en su plenitud, desea seguir sintiendo sin temor.(y ya sabes siguiendo con la metáfora marinera ...aqui tienes tu noray...1beso.)