martes, 9 de octubre de 2007

Escaleras al viento...

Somos todos libres,
Libres como el viento…
Libres de no elegir,
O de morir en el intento…
Cada peldaño nos acerca o nos aleja de aquello a lo que perseguimos…
Si no lo alcanzamos siempre podremos volver a intentarlo,
pero nunca, jamás, estaremos, para bien o para mal, en ese mismo inicio…

5 comentarios:

Anónimo dijo...

…”Angustiado, el discípulo acudió a su instructor espiritual y le preguntó:



-¿Cómo puedo liberarme, maestro?



El instructor contestó:



-Amigo mío, ¿y quién te ata?”…;)

Anónimo dijo...

Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila

Cuando todo a tu lado es cabeza perdida;

Si tienes en ti mismo una fe que te niegan

Y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan

Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;

Si engañado, no engañas

Si no buscas más odio que el odio que te tengan.

Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres,

Si al hablar, no exageras lo que sabes y quieres.

Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo,

Si piensas y rechazas lo que piensas en vano,

Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota

Y a los dos impostores los tratas de igual forma,

Si logras que se sepa la verdad que has hablado,

A pesar del sofisma del orbe encanallado.

Si vuelves al comienzo de la obra perdida,

Aunque esta obra sea la de toda la vida;

Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría,

Tus ganancias de siempre a la suerte de un día;

Y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,

Sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era,

Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,

Aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga;

Y se agarren contigo cuando no quede nada

Porque tu lo deseas y lo quieres y lo mandas.

Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud;

Si marchas junto a reyes con tu paso y con tu luz.

Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida,

Si todos te reclaman y ni uno te precisa,

Si llenas el minuto inolvidable y cierto,

De sesenta segundos que te llevan al cielo.

Todo lo que esta tierra será de tu dominio,

Y mucho más aun:SERAS HOMBRE HIJO MIO.;)

Anónimo dijo...

Te dejo un poema de Tagore:

Creía yo que mi viaje tocaba a su término, que había llegado al límite de mi reino
y de mi poderío, que el sendero se extinguía bajo mis pies como a veces el sueño en el
súbito despertar. Creía que mis provisiones de fuerza y de ensueño estaban agotadas
y que el momento había llegado de retirarme a una penumbra silenciosa.
Pero tu voluntad, Señor, y tu amor, no tienen fin en mí. Y he aquí que cuando las viejas
palabras languidecían en mi lengua ya las nuevas melodías danzaban en mi corazón.
Y he aquí que donde los viejos caminos se borraban, a mis pies se abría una nueva
vereda bordeada de maravillas.tqm!

Anónimo dijo...

"Cambios,finales e inicios...."
Volver al pijama de manga larga..
Volver a dormir arropada haata las orejas...
La hora de la sieta(cuando puedes..que es casi nunca)acurrucada el sofa con una mantita..
Agradecer que haya sol y buscarlo...hasta que llegue a "tu rinconcito",para que te de en la cara,mientras escuchas música...
Y los dichosos cambio de temperatura,que nos tienen a todos con un pie ya dentro del resfriado...y a ti con tu sinusitis...
Parece mentira que estemos ya en el mes de Octubre...
Parece mentira que haya pasado ya el verano...
Definitivamente,el otoño ha entrado por la puerta y se ha acomodado en el salón!!;)Te espero!

Anónimo dijo...

" …Hay que contenerse. Ser consciente, perfectamente lúcidos, dar a los hechos, los sentimientos y los pensamientos la forma adecuada, no dejarse arrastrar por ellos, como se hace comúnmente. Sergio me hablaba de eso en sus cartas, desde Europa, antes de regresar, y entonces era nada más la necesidad de ajustarlo todo a proporciones humanas, porque la desmesura es siempre más poderosa que el hombre; era una disciplina personal, casi un juego, pero cuando me habló de su angustia, de que se le metía en el pecho y no lo dejaba pensar, ni respirar, porque lo iba invadiendo, poseyendo desde esa herida primera que es igual a un cuchillo helado en un costado del pecho, comprendí que a eso debía aplicarse todo lo que sobre la importancia de la forma me había enseñado, y así entre los dos buscamos las palabras tibias que calientan la herida, y nos prohibimos cualquier expresión desacompasada, porque el primer grito dejaría en libertad a la fiera…". (tqm)
Inés Arredondo .Río Subterráneo