lunes, 21 de junio de 2010

Como agua para chocolate

"Mi abuela tenía una teoría muy interesante: decía que todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos... necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla. Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni uno solo de los fósforos se encenderá nunca." 
 

5 comentarios:

Sofía dijo...

Precioso libro, preciosa película, grande Laura Esquivel. ¡¡Me encanta!!

Otrodok dijo...

"La bombilla que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo. Y tú has brillado con mucha intensidad, Roy."

Es de Blade Runner...

no es tan bonita como la tuya, pero no se por que me has hecho recodarla ^__^

Anónimo dijo...

“Lo primero que aprendió a modelar fue una vasija para beber agua. Malinalli era una niña de solo cuatro años de edad, pero con gran sabiduría, y le preguntó a la abuela:
-¿ A quien se le ocurrió que hubiera jarros de agua?
- Al agua misma se le ocurrió.
- ¿ Y para que?
- Para poder reposar en su superficie y así poder contarnos los secretos del universo. Ella se comunica con nosotros en cada charco, en cada lago, en cada rio; tiene diferentes formas para vestirse de gala y presentarse ante nosotros siempre nueva. La piedad del Dios que habita en el agua inventó los recipientes donde, al tiempo que alivia nuestra sed, habla con nosotros. Todos los recipientes donde el agua está nos recuerdan que Dios es agua y es eterno.
- ! Ah !… respondió respondió la niña sorprendida.-
- ¿Entonces el agua es Dios?
- Si. Y también lo son el fuego y el viento y la tierra. La tierra es nuestra madre, La que nos alimenta, la que cuando reposamos sobre ella nos recuerda de donde venimos. En sueños nos dice que nuestro cuerpo es tierra, que nuestros ojos son tierra, y que nuestros pensamientos serán tierra en el viento.
- ¿Y el fuego?, ¿Que dice?
-Todo y nada. El fuego produce pensamientos luminosos que el corazón y la mente se funda en uno solo.El fuego transforma, purifica e ilumina todo lo que se piensa.
- ¿ Y el viento?
- El viento es también eterno. Nunca termina. Cuando el viento entra a nuestro cuerpo nacemos y, cuando se sale, es que morimos, por eso hay que ser amigos del viento.
- ¿…Y este…?
-Ya no sabes ni que preguntar. Mejor guarda silencio, no gastes tu saliva. La saliva es agua sagrada que el corazón crea. La saliva no debe gastarse en palabras inútiles porque entonces estas desperdiciando el agua de los dioses, y mira te voy a decir algo que no se te debe olvidar: Si las palabras no sirven para humedecer en los otros el recuerdo y lograr que ahí florezca la memoria de Dios, no sirven para nada.
1BESO!

Anónimo dijo...

Las personas "luz" cómo tu en vez de fósforos son cómo un faro.. que enfrenta las tormentas y siempre se mantienen firme iluminando su entorno..aunque tu no te lo creass!!

"Nuestras(tus)huellas dactilares o se borran de las vidas que to(cas)mos";)

Anónimo dijo...

Yo sólo te deseo que tengas una fábrica de cerillas dentro de ese cuerpo tan bien puesto. :)